martes, 4 de noviembre de 2008

Para tí




Quiero transcribir un texto que me envió Carolina.
Carolina es mamá de Martina, una princesita que nació hace dos meses y que también está ayudando a sus padres a resignificar la historia, a leer con mayor atención en los giros de las nubes, a escuchar con precisión el murmullo de los árboles.
Martina como Constanza, Sebastián, Gabriel, Macarena y tantos otros hijos de nuestras almas nuevas, traen este pequeño espacio del universo en donde sin más relación que una simple llamada telefónica, un reconocernos en la experiencia de las primeras hora, un sabernos en los miedos y las esperanzas, nos permite compartir textos e historias como la que presento a continuación.
Seguramente si Martina no hubiese elegido un cromosoma 21 con tres pétalos aleteando, este texto jamás habría llegado hasta aquí. Un abrazo a esas alas triplicadas.

Hay mujeres que se convierten en madres por accidente, otras por una elección de amor, hay otras tantas que lo hacen por presiones sociales, y una o dos por hábito. Este año aproximadamente 100.000 mujeres van a ser madres de hijos especiales
¿Alguna vez se te ocurrió pensar cómo son elegidas las madres de niños especiales?

De algún modo yo visualizo a Dios revoloteando sobre la tierra, seleccionando sus instrumentos de propagación con gran cuidado y deliberación. Mientras observa, El va diciendo a sus ángeles que anoten en el gran libro “A Maria López, un hijo, y que el Ángel de la Guarda sea Gabriel; a Margarita Torres, una Hija, y que el Ángel de la Guarda sea Marta; a Cristina Gómez dale mellizos y que el Ángel sea Miguel. Finalmente le pasa un nombre al Ángel y le dice: “A ella dale un hijo especial”.
El ángel siente curiosidad y le dice: ¿Por que a ella Señor, si era tan feliz? “Exactamente -sonríe Dios- ¿Podría darle un hijo con problemas a una madre que no conociera la risa? Eso sería cruel.
-¿Pero tiene paciencia?- pregunta el ángel.
- Yo no quiero que tenga paciencia -dice Dios-, se va a ahogar en un mar de desaliento y de pena por sí misma y una vez que el shock y el sentimiento de dolor hayan desaparecido, va a ser totalmente capaz de enfrentarlo. Yo la estuve observando hoy: ella tiene una personalidad fuerte, conciencia de si misma, y un sentido de independencia que no es deseable en las madres. Mira, el hijo que se le va a dar va a tener su propio mundo, la mamá va a tener que hacerlo vivir en el de ella y eso no va a ser fácil.
El ángel acota, - Pero señor, por lo que yo sé, ella esta muy alejada de ti.
Dios sonríe: - No importa, eso se puede arreglar. Esta mujer es perfecta, tiene el egoísmo suficiente
El Ángel se asombra- ¿Egoísmo? ¿Acaso eso es una virtud?
Dios asiente: - Si en este caso. Si ella no se pudiera separar de su hijo ocasionalmente, ese hijo no sería capaz de sobrevivir en este mundo - Y agregó- Acá tenemos una mujer que será bendecida con un hijo que será menos que perfecto. Ella todavía no se da cuenta pero es para ser envidiada. Ella nunca va a dar por supuesta una palabra hablada, ella nunca va a considerar un pequeño progreso como algo natural, cuando su hijo dé un paso, escuche su voz o le diga mamá por primera vez, ella va a estar presenciando un milagro y ella lo va a saber. Cuando le describa a su hijo ciego un atardecer o un árbol, ella va a ver mis creaciones como pocas personas pueden verlas. Cuando acaricie a su hijo Down ella va a sentir el amor exactamente como yo lo siento. Cuando se comunique con su hijo sordo lo hará como yo... sin palabras. Yo le voy a permitir ver claramente las cosas que yo veo: ignorancia, crueldad, prejuicios. Y le voy a dar fuerzas para que esté por encima de todas esas cosas. Nunca va a estar sola. Yo estaré a su lado cada minuto de cada día de su vida y esa madre estará haciendo su trabajo tan seguramente como te digo que ella estará aquí a mi lado.
- ¿Y que hay del Ángel de la Guarda de ese niño en este caso? - Le pregunta el ángel con la lapicera en la mano.
Dios vuelve a sonreír: _ Llévale a ella un espejo, con eso será suficiente.