Tecleaba frente al computador cuando aún no te soñaba,
ni sabía cuánto medía tu patita
ni que tu boca era una luna entreabierta
respirando mi historia y las mañanas,
tecleaba con la desventura corriendo por mi rostro
con los dedos derretidos y la noche a mis espaldas
y escuchaba esta canción diminuta
esta canción que me acariciaba invisible
y tú venías mariposa entre los sones
entre poesía y universo y campanas.
María Alicia Pino
1 comentario:
Lindísimo poema y una canción memorable.
Gracias.
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